jueves, 30 de abril de 2009

¿Porqué ingresar a una secta?

Preparados para almorzar en familia con nuestro invitado permanente, el sr. televisor, encargado de dictarnos las noticias del medio día. Nos grita: Catamarca, está prófugo el líder de una secta.
Otra vez es novedad Catamarca a nivel nacional y no de las buenas.
Esta vez un caso policial, la búsqueda de Ricardo Ocampo alias Maestro Amor, acusado de abuso sexual contra un integrante de la comunidad Meditazen, que él mismo lidera.
Hasta allí lo "normal" de cualquier noticiero, excepto por la cercanía provinciana de la noticia.
Mi hijo de 16 años, con la vehemencia que otorga la juventud expresó casi a gritos "¿por qué son tan bolu... de meterse a una secta?"...
Controlar su ira y despachar explicaciones sobre libertad de culto, creencias y decisiones personales para dar un marco de diálogo y debate, abortó lo que quedaba del almuerzo.
El menor, de 14 años, preguntaba sobre la legalidad de estas sectas y quién las autorizaba.
La charla se extendió hasta alcanzar un nivel aceptable de información, rozando temas referidos a la individualidad, estados de ánimo, creencias, desamparo, la educación y sus fallas, manipulación de voluntades tanto en entornos políticos, empresarios y sociales.
El debate había terminado, más no me parecían completas las explicaciones brindadas a las inquietudes planteadas por mis hijos.

¿Porqué ingresar a una secta?
Detrás de esa pregunta, me senté a pensar cual es el momento oportuno en el que la voluntad, la intriga o la aventura de conocer nuevas ideas doblega la herencia recibida y tirando todo por la borda uno sube a ese barco con rumbo desconocido e incierto.
Las estadísticas marcan a la juventud como principales viajeros de ese barco llamado secta. Las relaciones familiares débiles o rotas son otras de las causantes. La falta de trabajo, un futuro incierto socialmente, idealismos sin compromisos, desengaños amorosos, falla escolar, admiración por lo sobrenatural se suman al inventario de causas.
De diversos estudios realizados sobre las sectas, se destaca principalmente la captación del novato. Contra lo que uno puede creer no se ingresa a una secta voluntariamente. Personal especializado captura a sus probables novatos en cualquier lugar donde haya gente reunida, acercándose amigablemente y charlando muy afectuosamanete. La predisposición de la víctima será evaluada y de ser positiva será invitada a una reunión con amigos que piensan como él, donde se sentirá a gusto y podrá compartir sus problemas y visión del mundo con gente similar.
Los que lleguen a esa reunión ya habrán dado el primer paso, allí descubrirán a un líder que los motivará con sus palabras y acompañados permanentemente de un guía personal, este en todo momento le hará saber lo importante que es para la comunidad su presencia allí, lo llenarán de afecto, alagos y compañía, lentamente empezará a desprenderse de su vida anterior.
El guía lo mantendrá ocupado todo el tiempo en tareas comunitarias, en visitas de ayuda social, en los momentos de descanso entonarán cánticos reveladores (el descanso en realidad no existe) y la mente del novato ya está siendo ocupada por una nueva vida, expulsando la anterior. Creando disociaciones entre el nuevo mundo y el viejo, al que comienza a ver como nefasto.
El aislamiento de sus seres queridos, ahora más lejano, reemplazada por la figura del guía que a cada momento inserta en sus oídos que es una persona maravillosa y lo feliz que se sienten en la comunidad por tenerlo allí, lleva al novato a aborrecer a sus padres y familiares, a desprenderse de todo lo material porque no le es necesario para vivir en la comunidad.
Las reuniones con el líder son la liberación, es el padre que los protege y los ama. Todo es posible en su presencia.
El líder marca las reglas necesarias en toda comunidad, la dependencia ya es un hecho, la voluntad individual está socavada. El líder expande su figura en los cánticos cientos de veces repetidos, que como un martillo termina de aplanar cualquier brote de resistencia interior.
Con la voluntad disminuida, separado de la vida anterior, doblegadas las fuerzas físicas, la mente del novato es otra, es una mente nueva que está predispuesta a amar y seguir al líder.
Pertenece a una comunidad que lo quiere, se siente identificado, ama a su líder y hará todo lo que sea necesario por él.
Si en un atizbo de razón intentara abandonar la comunidad, su sentimiento de culpa y el miedo inducido por su guía, basado en los temores confesados, minarían el acto de rechazo al grupo de pertenencia. El cerebro dominado por temores, sumisión y obediencia ya no tiene reflejos de independencia. A partir de allí el novato ya está incorporado y comenzará a trabajar para el líder, acrecentando los bienes de éste.

He intentado un resumen del modo de captación de novatos para las sectas. Hay suficiente material en internet para quienes deseen tener mayor información. Es un tema delicado y debe ser debatido con nuestros hijos y amigos, nadie está excento de un momento de crisis o situación personal que debilite la percepción de la realidad. Cualquiera puede ser presa de una secta.

Estos son algunos de los enlaces referidos a las sectas y sus métodos (hay cientos).
También figura allí, detalladamente, el perfil de las personas que buscan las sectas.

Sectas Peligrosas

Sectas del Nuevo Milenio
Las Sectas y el Derecho

2 comentarios:

  1. Estimado amigo: una vez más me permito comentar un artículo. ESta vez estoy plenamente de acuerdo con tus dichos sobre las sectas. Simplemente agregaría que tal vez, y sólo tal vez, otra de las causales sean una débil formación moral-religiosa de los jóvenes y muchas veces adultos, que como bien decías se sienten subyugados por estos mecenas que dicen a los novatos lo que éstos quieren oír.
    ESa debilidad moral-religiosa (no sé como más llamarla) hace que estén en dudas y rebeldías las pautas que nos han dado desde la infancia, la creencia en un Dios, en sus reglas, en sus ritos impuestos por las iglesias, sean judídas, católicas, cristianas evangélicas, musulmanas, etc. En efecto, cuando esas enseñanzas, principios y obligaciones no llenan o no satisfacen aquello que deseamos, rápìdamente nos vamos con aquellos que suponemos nos contienen y solucionan nuestros conflictos.
    La falla quizás esté -para las religiones- en que no actuaizan el mensaje (no significa cambiar la ideología) o no encuentran el camino para mitigar la desazón del acólito.
    En verdad que me parecen muy interesantes tus comentarios y sobre todo el respeto, la prudencia y la mesura del lenguaje hacen que uno pueda, tal vez disentir, pero sentir que uno está intercambiando opiniones con madurez. Un abrazo. Rodolfo Lobo Molas

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  2. Gracias Rodolfo por tomarte tiempo para la lectura y a su vez agregar un comentario. Siempre podrás estar o no de acuerdo con mis artículos. Descalificar a alguien que no piensa igual es sencillamente no tener capacidad para el diálogo y menos aún para el debate de ideas o proyectos.
    Lástima que en la actualidad es la primera herramienta a la que se recurre cuando un político o un dirigente (de cualquier entorno) no puede defender sus ideales.
    Un fuerte abrazo.
    Niko

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