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miércoles, 1 de mayo de 2024

Evolución digital o involución humana

Pasaron trece años desde que escribí la última nota en este blog. 
Mucho tiempo, muchos cambios. Nuevas maneras de comunicación.
La pregunta que te harás como lector/ra es ¿por qué volver? 
A medida que avanzamos en la vida las prioridades cambian, los enfoques sobre lo que nos rodea también. 
No es una revisión de principios, sino una necesidad de compartir opiniones o comentarios de todo aquello que nos importa, en un sitio tranquilo.
Pertenezco a otra era, a otro tiempo donde la lectura y la charla cara a cara era lo habitual. En el medio podía estar un pocillo de café o un mate. Según la hora podría ser una cerveza o un buen vino.
Por aquellos años internet era la herramienta del futuro, mi primera web la armaba en la compu de casa y la llevaba en diskettes hasta el ciber más cercano para subirla a la gran red. 
Hoy estamos acorralados y hasta ahogados de tanta ¿información? y abundancia de conectividad y esto seguirá en aumento.
Las redes sociales son la panacea de la vida digital. Todo fluye y se retroalimenta constantemente en un ciclo cada vez más veloz.
Desde las primeras horas del día, muchos clavan los ojos en sus celulares o mejor dicho se conectan a su alter ego digital y saludan a su comunidad. El trabajo, la educación, la economía, la vida social y afectiva circula dentro de una pantalla, en un celular, una tablet o una computadora.
La humanidad está dando pasos acelerados hacia un mundo vacío de encuentros, de abrazos, risas, llanto cambiándolos por aislamiento y comodidad excesiva que lleva a un deterioro físico y mental.
Los jóvenes encuentran más cómodo enviar un texto a medias, un meme, un sticker o un emoticón, antes que hablar en vivo y directo con la otra persona. Las capacidades cerebrales para articular oraciones o un discurso se reducen por falta de práctica y por consiguiente un empobrecimiento de la lengua para elaborar un mensaje.
No me opongo a la evolución tecnológica, la disfruto y la respeto. Mantengo la distancia siguiendo rutinas manuales para evitar caer en el consumo fácil y terminar como un adicto digital.

Gracias por leer este breve texto, vendré más seguido para compartir opiniones de nuestro mundo cercano, ese que nos rodea cada día en la vereda, el taxi, al plaza o camino al trabajo (todavía queda gente que viaja hasta su trabajo).