martes, 2 de marzo de 2010

El sismo que viene

Terribles días de sufrimiento y desesperación están viviendo nuestros hermanos de Chile, causados por el terremoto del pasado 27 de febrero.
Desde el momento de la noticia, que recorrió el mundo en breves instantes, no he parado de visitar sitios en internet y revisar constantemente los canales de televisión por mayores detalles informativos, no es una cuestión de morbo, sino porque ésta catástrofe también puede suceder aquí con idénticos valores de destrucción.
Aún recuerdo la mañana del 7 de setiembre de 2004 y cómo salí corriendo de casa, sacando a gritos a mi mujer. Los pequeños hijos estaban en la escuela, sufriendo el mismo pánico.

La indemiatez de los servicios de comunicación internacionales nos ha permitido ver el avance de la crisis chilena, la desesperación, las demoras en plantear un sistema de acción inmediata, en los planes de emergencia de contención de la salud. Las fuerzas de seguridad y su casi nula reacción frente al vandalismo y el saqueo.
La masa humana corriendo por comida y agua, tomando por asalto los supermercados y farmacias fueron las imágenes que me llevaron a escribir estas líneas.
No busco calificativos ni análisis a la tarea chilena por encarrilar y controlar la crisis social y posterior etapa de reconstrucción de los hogares e instituciones destruidos.
Mis temores pasan por Catamarca. ¿Podremos reaccionar debidamente a una catástrofe de igual magnitud?. ¿Estamos debidamente preparados?. ¿Qué hemos aprendido desde el 7 de setiembre de 2004?. Con rezarle a la Virgen todos los años no es suficiente.
Los planes políticos para catástrofes están correctamente trazados?. ¿Están los responsables alertas y delimitada la cadena de mando en caso de fallecimiento de las cúpulas organizativas?.
No es paranoia, no pienso en un ataque nuclear (eso se los dejo a los norteamericanos). Simplemente busco respuestas. ¿Cómo el Estado provincial saldrá a contener a una masa de enfurecidos y hambrientos ciudadanos que al paso de las horas no reciba una dotación de agua y alimento básicos. Si actualmente es incapaz de mantener el agua y la luz sin cortarla cada dos por tres?. Podrá el gobierno catamarqueño distribuir comida que no esté vencida?
¿Desde dónde llegarán las unidades de rescate?. ¿Hay acuerdos interprovinciales de ayuda mutua?.
¿Los empresarios locales de supermercados han establecido prioridades con el gobierno?
¿Cuál es el "bunker" alternativo si la Casa de Gobierno se derrumba a las 10.30 de la mañana, en plena jornada laboral?. Es una construcción de 150 años. Sí leyó bien, se inauguró en el año 1859.

No pretendo plantear un "tener todo listo" por si alguna vez ocurre.
Me tranquilizaría saber que existen planes generales, líneas de acción. Personas "físicas y palpables" que tienen es sus manos los manuales operativos de catástrofe, que estas personas los releean periódicamnete. Que las vías de comunicación alternativas estén perfectamente operativas. Los responsables de las tareas de evacuación, tengan vehículos y combustibles en forma inmediata.
Este escrito, de apariencia fatídica, no lo es, sólo es el pensamiento de uno de los 300 mil habitantes de Catamarca que sabe que su hogar está sobre tierras sísmicas.
Ojalá toda la información y la experiencia de nuestros malogrados hermanos chilenos nos ayude a prepararnos para un eventual momento de caos.
Sería muy estúpido no aprender de los errores.

La prevención es nuestra mejor defensa.

1 comentario:

  1. TIENES MUCHA RAZÓN EN LO QUE DICES. NO ES PREDICCIÓN,TENIENDO EN CUENTA QUE YA LO HEMOS VIVIDO,SERÍA MUY BUENO QUE LAS PERSONAS QUE ESTÁN "COMPROMETIDAS" CON NUESTRA SEGURIDAD SE PONGAN LAS PILAS Y TRABAJEN EN PRO DE SUS COMPROVINCIANOS ,CONOCIENDO (SERÁ?) LA REALIDAD DE NUESTRA PROVINCIA Y CON TODO LO SUFRIDO POR NUESTROS HERMANOS CHILENOS. tODO LO QUE EXPONES EN TU ESCRITO,COMO DICES, NO ES QUE "TENGA QUE SUCEDER", SINO QUE ES SOLAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNO DE LOS HABITANTES DE CATAMARCA,QUE SIGUE VOLCÓ EN UN ARTÍCULO PERIODÍSTICO LO QUE PENSABA. SIGUE EN ESTA TESITURA!

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