jueves, 13 de agosto de 2009
Los inmigrantes italianos en Catamarca
…Contaba mi madre que con el gran ruido de los continuos bombardeos, al caer y estallar sobre ese infortunado pueblo, no sentía los alaridos de aquel pequeñín salido de su vientre que llegaba al mundo, como anunciándose que había nacido. Mi madre asustada y aturdida, creyó que había nacido sin vida…
Así comienza la vida del profesor Alejandro Giadone un siciliano que dejó su patria natal, Italia, para radicarse en Argentina, con mayor precisión en Catamarca. Un luchador desde el llano, desembarcó y vivió en Buenos Aires, problemas de salud de su señora y la necesidad de buscar un lugar más tranquilo cambiaron su destino. Abandonó la Policía Federal y se encaminó al noroeste. En 1977 con el gobierno en manos del coronel Jorge Carluchi (1976-1978), llega a Catamarca.
Con la llegada de la democracia lo cobija administración pública, ocupando diversas funciones jerárquicas a las órdenes del gobernador Vicente Saadi.
En el tiempo libre, desarrolla una de sus pasiones: la de radioaficionado, en la cual posee certificación de alto rango. Algunas familias recurrieron a él durante el conflicto de Malvinas, para establecer contacto con los soldados trasladados al sur del continente.
Profesor de la Enseñanza Primaria, en simultáneo a su trabajo en la provincia, ejerció la profesión como docente. Fue integrante de la Comisión Directiva del Radio Club Catamarca, Vice Presidente de la Asociación Siciliana en Catamarca, Presidente de Cooperadoras Escolares de Bs. As. y Coordinador de Comisiones Escolares en Catamarca.
Próximo a cumplir 69 años, jubilado laboralmente y con plena actividad intelectual, no descanza. Preocupado por la necesidad de rescatar las raíces de los inmigrantes italianos que contribuyeron a la formación de Catamarca, se embarcó en la ardua tarea de investigar y entrevistar a sus “paisanos” para recuperar las historias pequeñas y grandes de esos anónimos que se ganaron un lugar en la trama social catamarqueña.
Su primer libro “Los sicilianos y sus descendientes que poblaron el noroeste argentino” ve la luz en el año 2004. En él refleja las historias de muchas familias provenientes de la isla de Sicilia que deciden instalarse en esta bendita Catamarca. Algunas de ellas son: Corpacci, Bellavía, Sacarelli, Giusto Preti, Marciante, Laplaca, Perricone, Giadone, Cacciato, Liberti y otros.
El profesor Alejandro Giadone, trazó la vida a puro pulmón, sus logros laborales y personales son auténticos, hoy se siente tranquilo, sabe que no le debe nada a nadie.
“Como un toro herido”, se retira a su rincón a descansar. En esa quietud física, decide preparar el segundo libro “Lazos que unen”, un trabajo mayor en el que busca entregar amplios conocimientos de Italia y su gente. Recorre la geografía y los comienzos de la historia de la república italiana. En la segunda parte el libro ahonda en las vicisitudes de los italianos que abandonan sus hogares presionados por la segunda guerra mundial, el hambre y la pobreza, lo dejan todo para empezar de nuevo, en tierras desconocidas, de hábitos y culturas diferentes. Catamarca los acoge y en el intercambio ellos forman sus familias y crecen y la provincia recibe sangre pujante que reconvierte el paisaje urbanístico, la música, la cultura y lo hábitos sociales.
El profesor Giadone busca grabar en la sociedad, mediante su libro, el esfuerzo de todos los inmigrantes italianos que ayudaron a dar forma a su nueva patria catamarqueña.
El libro se encuentra en etapa de impresión y será presentado al público, en fecha a confirmar, la última semana de setiembre.
Desde este espacio mis sinceras felicitaciones al profesor Alejandro Giadone, por su interés en resguardar la memoria de sus "paisanos" y todos los italianos que llegaron a Catamarca, un ejemplo que debe imitarse.
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