jueves, 16 de julio de 2009

Los valles catamarqueños lloran por Selva

Una de las voces folclóricas más destacadas de los años 50 y 60 ha partido definitivamente en el día de ayer a las 13 horas. Selva Gijena, una mujer maravillosa de un talento y profesionalismo de gran altura, deja la tierra de los mortales y sube al escalón de la historia musical de Catamarca y el país. Deja como herencia la autoría de más de doscientas canciones, creadas a lo largo de 50 años de carrera. Radicada en Buenos Aires, en el barrio de Boedo, desde hace muchos años, hoy sus vecinos y amigos se despiden con verdadero dolor por última vez. En este la lado del territorio argentino, Catamarca, quiero ofrecer un pequeño homenaje a esa gigantesca figura del folclore argentino con un reportaje, quizás el último que otorgara a un medio gráfico, un año atrás en una breve visita a su tierra natal. La entrevista la realicé para el suplemento De Antaño de diario La Unión, publicada el 22 de julio de 2008.


Identificada como “La voz de los Valles Catamarqueños”, compuso más de 200 temas a lo largo de su cincuenta años de trayectoria, la mayoría relacionados con Catamarca, recorre en sus canciones la totalidad de la geografía y especialmente a Coneta viejo, su pueblo natal.
Dejó el pueblo a los 14 años, rumbo a Tucumán donde encontró posibilidades de estudio y desarrollo.
Enfiló su rumbo hacia Buenos Aires, la gran ciudad de las posibilidades. “Aquí hay trabajo para todos”, fue su primera impresión cuando llegó a la gran capital.
Atrás quedaba su Catamarca con el dolor de no haber encontrado un lugar, no sentirse interpretada, “tal vez no les gusto”, rememora hoy, a sus 84 años.
Con una lucidez sorprendente, una disposición y energía envidiables, realiza un esfuerzo sorprendente para comunicarse, una enfermedad reciente le afectó la musculatura facial. Se desespera cuando su mente va más rápido que sus palabras. Los ademanes adelantan las palabras que el cerebro ya envió, pero que se ven demoradas en sus labios.
Pide disculpas por esa voz, que reconoce no es la suya.

Toda mi vida ha sido para cantar, he sido la oveja negra de la familia.
Mis hermanos tienen todos formación y estudios de magisterio. Mi hermana siempre me decía que no tendría jubilación, que cuando todo terminara no tendría una casa o un lugar donde vivir.
Su propia determinación por vivir de la música y el canto la llevaron a comenzar en bodegones y “cuevas” o sótanos de Buenos Aires. Se le abrían puertas y a los 3 ó 4 días se les cerraban, encontraba otra puerta y a los cuatro días se volvía a cerrar. Cansada un día le pregunta a una encargada por qué, ¿no les gusta como canto?
“No, es que vos no te pagas el vino. Vos venís sola. Tenés que tener amigos, que traigan dinero y que paguen las copas que beban.”
En la década del cuarenta, Buenos Aires ya tenía sus luminarias folclóricas como el Dúo Benítez-Pacheco; Martha de Los Ríos, Julio Argentino Gerez, Lorenzo Vergara, Margarita Palacios, Los Hermanos Ríos, Los Hermanos Abalos, José Jerez, La Negra Tucumana (Rosa Ambrosia Fernández).

Buenos Aires, la cuna de los sueños y de quienes quieren trascender, cobija cientos de almas deseosas de alcanzar el éxito, que se logra después de mucho andar y persistir. En esos caminos, Selva Gijena compartió noches de encuentro y charlas con Margarita Palacios, otra catamarqueña que dejó su tierra para perseguir sus sueños. Pareciera que el destino evitó juntar a estas dos mujeres catamarqueñas, una vez en la primera actuación del Poncho, cuando Selva la acompañaba en guitarra, Margarita se descompuso; en otra situación fue en Buenos Aires, volvió a ocurrir lo mismo.
Las cadenas radiales, un circuito muy cerrado en el ambiente, no pudo bloquear el acceso de “La voz de los Valles Catamarqueños”, y pasó a formar parte del staff musical de Radio Belgrano por tres años. Tanta era su permanencia que los colegas imaginaban que ella tenía acciones en la empresa. Radio El Mundo fue otro de los medios que la cobijaron.
La incipiente televisión tampoco se negó a recibirla. En la inauguración de canal 13, fue Selva Gijena la artista que llenó esa pantalla en blanco y negro, allá en 1960.
Acompañada en piano por “Polo” Giménez y el dúo de Antonio Benítez y Eduardo Pacheco (riojano).

En nuestro país, la vida en democracia siempre ha sido interrumpida por gobiernos militares. Los artistas muchas veces encontraron dificultades para desarrollar su tarea.
En el caso de la catamarqueña oriunda de Coneta, el trabajo nunca flaqueó. “Tenía conducta; habiendo conducta, dura el trabajo y dura la personalidad”.
- Trabajé mucho con el Dr. Allende, pasee por todas las playas, pagando el Estado, con mi conjunto. Me sacaba fotos enormes y me las enviaba de regalo de parte de él y su señora.
Con Frondizi llégue hasta Córdoba, ellos nunca me preguntaron por mi color político. Respetaron en todo momento al artista y su conjunto..
Siempre de visita en Catamarca, como quien vuelve para reponer recuerdos y buscar inspiración, siente la necesidad junto a otros músicos de representar a Catamarca mediante un proyecto nuevo, tener una fiesta propia de los catamarqueños y auténtica. Junto a Margarita Palacios, Atuto Mercau Soria, Polo Giménez, José Ramón Luna, José Espoz Saavedra y otros, empiezan a darle forma a ese proyecto que hoy tiene treinta y ocho ediciones, y lleva por nombre Fiesta Nacional del Poncho.

Selva intenta durante la charla recordar situaciones planteadas en las preguntas y lo hace a través de la entonación de algunas de sus tantas canciones, encuentra en sus temas las respuestas.
Formó su voz a fuerza de trabajo, grababa sus notas y luego las escuchaba para corregirlas, con estudios de conservatorio desarrolló una capacidad musical elevada. Si es crítica de sí misma también lo es de su entorno.

Hace muchos años (década del ‘50), se opinaba que debía aceptarse la renovación de la música folclórica en manos de los jóvenes, pero no estaba de acuerdo en la alteración de los ritmos, esencia del folclore. Por ejemplo, que hayan escrito chayas con ritmo de cueca.
Hoy, con un folclore abundante de jóvenes que lo practican, con una diversidad de instrumentos que no son originales del folclore tradicional. ¿que opina?
El folclore sigue siendo folclore aunque lo cante con una caja. No necesita tanto ruido para ser folclore.
Cada uno hace lo que puede. Lo que le gusta.
No quiero ofender a nadie, pero no se conoce bien el folclore. Yo golpeo las manos porque otro golpea las manos. No saber de dónde viene implica no conocer de folclore.
Hay pocos folcloristas, de 10 saca 5 o 6, lo demás son regulares. Hay que saber lo que es una apoyatura, saber lo que es color de voz, saber interpretar, meterse dentro de la gente. Para mí en el folclore lo importante es el decidor, el que canta.
No puede evitar el avance de la idea y alli empieza a dar un ejemplo como cantar, entonando y haciendo la respiración adecuada. Sus 84 años y el problema para articular las palabras no frenan la pasión, se esmera, se esfuerza por sacar un tono, vence a su propia edad y lo consigue.
El cantor de folclore no debe apoyarse sólo en su voz, debe perfeccionarla, trabajarla. Hay cantores que no tienen voz, pero le sacan a la letra de las canciones toda la emoción, la poesía y vivencias que ella contiene.

Plenamente consciente de su etapa de vida, ha planteado en Catamarca la posibilidad de donar todas sus ropas de actuación, fotografías y sus cajas vidaleras y chirleras para un museo.
“Cuando alguien muere, ¿qué hacen sus familiares directos?, tiran sus cosas ¿para que guardar esta ropa vieja? ¿y estas fotos?, todo a la basura. No quiero que eso pase conmigo. Si Catamarca no puede, entonces lo llevaré a Buenos Aires”.
Colaboradora ferviente de grupos de ayuda, planea que sus pertenencias sirvan para recaudar fondos para alguna entidad de beneficencia.
A su regreso a Buenos Aires (para hoy martes, si no hay cambio de planes) seguirá trabajando para una nueva edición de sus viejos temas, con nuevas voces y quiere recorrer todas las peñas catamarqueñas que pueda, y dejar un beneficio.
Con su planificación donde nada está libre, la lista de herederos por sus bienes, los derechos de autor, su ropa y pertenencias a un museo. Quedaba en el aire una pregunta incómoda pero necesaria: cuando tenga que partir definitivamente ¿dónde quiere que su cuerpo quede: Buenos Aires o Catamarca?
“Eso no lo sé” y mira a su hijo que la acompañó en toda la entrevista, “se queda en Buenos Aires” termina agregando, al tiempo que relata una anécdota sobre el traslado de las cenizas de Manuel Acosta Villafañe, y que nadie del entorno sabía dónde vivían su esposa o familiares en Catamarca.
Una frase rescata la voluntad de vida y tesón de esta mujer, de tez muy blanca y pelo rojizo oscuro: “Jesús me ha dicho: quedate un tiempito más, todavía haces falta.”

Sus temas más sobresalientes y grabados en Alemania, Francia son “Andate con quien quieras”, “Recuerdo de la Alameda”, “Me estoy volviendo Zamba”, de Gijena y Luis Sanchez Vera.
Instaló un racho-restaurant en Banfiel, Bs. As., por donde circularon las figuras más destacadas de la época, como también grupos y solistas catamarqueños: Los Arrieros de Valle Viejo, de los hermanos Melo Cabrera y los hermanos Villagra. Recibió en su casa de Floresta y les dio alojamiento a: Los de Catamarca, Catamarca Tres, Carlos y Lito Martínez, Los “Turcos” Zafe, Naco Rueda, Luis Darío y ultimamente a Federico de la Vega.
Recibió una medalla de oro por sus cincuenta años de labor. Una plaqueta en el año 1992 en la Fiesta del Poncho.
En el 2000, contratada por la Casa de Catamarca, actúa en Caleta Olivia.

“Andate con quien quieras”, fue rechazado en su momento por SADAIC, por una cuestión de dinero, “estuvo tapado guardadito por ahí” hasta que la filarmónica de Alemania lo grabó.




Al final del reportaje me permitió posar a su lado para esta foto. Nos mantuvimos en contacto por el resto del año, telefónicamente a través de su hijo José Antonio, a quién agradezco en todo momentos por ese pequeño y gratificante vínculo.

domingo, 28 de junio de 2009

La urna, esa caja de esperanzas


...Hola, primero las disculpas por no escribir tan a menudo. Debe el hombre trabajar para ganarse su pan... En estas tierras con un sólo sueldo no llegamos ni ahí.

Hace unas horas cumplí con mi deber cívico, y el de todos, de votar. Digo de todos porque en Argentina el voto es obligatorio por ley.
La ley, hummm, un tema que da mucha tela para cortar. Si el voto es obligatorio, ¿qué pasa con quienes no votan?. ¿sabe ud, de alguien sancionado por no votar?.
Yo voto desde 1983, y desde esa fecha no he visto a nadie purgar penas por faltar a la Constitución Nacional.
En cada elección aumentan los votos en blanco y paralelamente siguen el mismo camino las deserciones al cumplimiento de la ley electoral. Como muestra, cada vez es más difícl conseguir presidentes de mesa.
De niño en la escuela primaria nos inculcaron el valor y orgullo de participar en elecciones democráticas, mayor aún si se ocupaba un cargo como el de presidente de mesa. Ayer era un orgullo, hoy una carga cívica. El Estado ha perdido presencia en la familia y la escuela, cambiaron las reglas de juego y no se percató de ello. Hoy el Estado debe pagar, diría sobornar a los presidentes de mesa con dinero, días de descanso y en el caso de los docentes afectados a los comicios con puntaje extra en su currículum.
El oportunismo se instaló en la Argentina... "el que quiere algo de mí, que lo pague" pareciera ser la consiga o la regla del nuevo sistema de valores éticos. Siendo esta última expresión una realidad ético-económica difícil de doblegar por los antiguos y tradicionales valores, sólo queda agregar una alternativa a este combo: ¿por qué estamos obligados a votar?.

Nuevos tiempos, nuevas reglas... entonces nuevas leyes.
Le suena la frase "público cautivo", monopolio, franquicias. Todos conceptos del mundo empresarial y financiero. Pues la política argentina es exactamente eso, un monopolio que maneja a su criterio y conveniencia las voluntades de sus electores, o mejor dicho de su público cautivo. Preguntar al gobernador local si puede disponer de su cuota de coparticipación federal.
Si mucha gente no quiere participar de los comicios ante la falta de credibilidad de sus representantes, entonces ¿por que obligarla a votar?. En el cuarto oscuro son libres de decidir, pero si están obligados por la ley entonces no son libres. Tienen que tomar una decisión en contra de su voluntad. El voto en blanco, pensará ud, está hecho para eso. Hummm... veamos la siguiente situación: el voto en blanco ocupa la tercera posición en los resultados finales, el ganador dará una lectura, el segundo hará otra muy distinta y el resto pedirá la anulación de los comicios. ¿Es el voto en blanco un valor objetivo?, ¿puede ocupar una banca representando a los obligados y disconformes?.
A casi 200 años del nacimiento de la patria algunas leyes deben cambiar, se impone un sistema de elección participativa no obligatoria.
Una sociedad madura desde su infancia, la educación es el primer valor.
Los valores de una nación no cotizan en Wall Street, sino en la calidad de ciudadanos que pueden decidir por sí solos su futuro y el tipo de gobierno que los represente. Y para esto se necesita una sociedad completamente educada y formada, que no arrastren su dignidad cambiando su voto por un par de zapatillas o un colchón.

En pocas horas la urna del pueblo dará su veredicto, alguien va a ganar, lo que es incorrecto... porque no jugamos, sino que elegimos un representante y este debe dar todo de sí para Catamarca. El pueblo lo autoriza a presentarlo, no a dilapidar sus esfuerzos y sueños de una tierra digna y mejor.

miércoles, 17 de junio de 2009

La cena del reencuentro

En el post anterior comenté la historia del Semanario Cambio. En el transcurso de los reportajes nació la idea de reunir a los integrantes del staff en una cena. Decenas de llamadas telefónicas, cruces de información buscando diferentes paraderos, búsquedas en internet y finalmente la reunión de camaradería se llevó a cabo, a la que lamentablemente no pudieron asistir todos. Después de dos décadas en algunos casos y un poco menos en otros, sobrepuestos al impacto visual de los años, afloraron las emociones y las risas. Y allí nomás una catarata de recuerdos inundó la mesa de la magnífica cena. El presbítero Elio Fernández facilitó su colección personal del Semanario Cambio, permitiéndonos a todos navegar en nuestra memoria al entrar encontacto con las amarillentas hojas de papel.
En el tiempo que duró el encuentro, nos despojamos de nuestras vidas actuales para volver a 1989 y recrear mediante relatos esa burbuja de sueños y proyectos. Los ejemplares de Cambio circulaban de mano en mano cual postales de un lugar paradisíaco de veraneo.
El intercambio de anécdotas, comentarios y debates del modo de trabajo revivían una oficina, una redacción. El equipo habían atravesado, de un segundo al otro, la barrera del espacio-tiempo. Estábamos otra vez en la casona de calle Chacabuco entre escritorios, computadoras y un patio de naranjas y limas.
Escenas pintadas con palabras vívidas y difusas fueron armando el escenario de la breve obra en la que tuvimos protagonismo.
Como todo viaje, incluso al pasado, tiene su fin.
En la madrugada fría de un domingo, cada uno volvió a la realidad trayendo en su interior un pedacito de historia personal robada al pasado. Con una muesca de felicidad en los labios todos emprendieron el regreso a su destino.




































Un sincero agradecimiento al arq. Fernando Rivera por posibilitar la cena del reencuentro.

sábado, 16 de mayo de 2009

Cambio: 20 años de un sueño trunco



Volver la vista atrás y recordar la ciudad de Catamarca en 1988 no debería ser difícil. Podría empezar por la Terminal de Omnibus modesta y sencilla de colores azulceleste y amarillo, con pocas boleterías y vendedores ambulantes alrededor, de apariencia triste y desganada. Taxistas sin escrúpulos para con los recién llegados por primera vez. La telefonía en manos de Entel, la empresa estatal de comunicaciones con sus aparatos de color naranja y de servicio deficiente.
La peatonal Rivadavia, ese hilo comercial que une el sur de la ciudad con el centro mismo y desemboca en la plaza 25 de mayo, en ese entonces sólo de dos cuadras, por las noches se levantaba la veda vehicular y calle Rivadavia volvía a su función primaria: la circulación automotriz.
Muchas casas antiguas no imaginaban que morirían y renacerían en playas de estacionamientos. Las sobrevivientes recibirían maquillajes de cartelería y gráfica comercial ocultando su belleza colonial, en algunas, o un estilo afrancesado en el resto.
Tomarse un café con vista a la plaza tenía las siguientes opciones: Richmond, Cabildo, Bahía, Cristal y Bar Americano. Leer un diario local al saborear el café no tenía opciones, La Unión era el matutino encargado de escribir la historia diaria de la provincia de Catamarca, luego que cerrara El Sol en 1984.
En poco tiempo esa situación tomaría otro camino.
Vientos de cambio arreciaban en la cabeza de empresarios, periodistas, intelectuales y pensadores que sentían la necesidad de expresar con otras voces sus ideas y proyectos hacia un futuro de ciudad y provincia diferente.
En julio de 1988 un nuevo diario sale a la calle, El Ancasti y la sociedad comienza a percibir otra cara de la realidad.
Mientras, con una gestación más lenta, un segundo nuevo proyecto trazaba su perfil de comunicación desde calle Chacabuco 381 de San Fernando del Valle. Este último me tiene incorporado en sus filas por la experiencia en computadoras Macintosh aplicadas al diseño y diagramación de diarios.
Comenzó como la idea de un diario. Cambio era su nombre, resumía en una palabra todo lo que se esperaba en el convulsionado clima social de fines de los años 80.
Se trabajó duro por más de seis meses para la puesta a punto, mucha gente circuló por aquella casona de calle Chacabuco, finalmente los que llegaron a ver la luz del nacimiento de Semanario Cambio, también había cambiado la intención del proyecto, empezaban a ver cristalizado el sueño de un nuevo medio de comunicación. Un medio centrado en el contenido y el análisis. Con la independencia de opinión y la utopía de poder vivir en similar estado, los lectores recibieron a Cambio en febrero de 1989. Una empresa periodística formada con la experiencia de los periodistas mayores y el espíritu inquieto de los jóvenes, logrando un abanico intelectual muy amplio y de exquisita lectura.
Los sueños pronto se romperían, a noventa días del nacimiento en la edición número 13 del Semanario, las puertas de la vieja casona recibieron por última vez a los idealistas y seguidores de utopías, a los soñadores, a los poetas y a los veteranos periodistas para recibir la más cruel de las noticias: el cierre definitivo de Cambio.
Una situación económica insostenible en la Argentina dirigida por Alfonsín, quién ya había soportado tres alzamientos militares, lleva la hiperinflación a niveles exorbitantes y Catamarca como el resto del país reciben con toda crudeza sus designios.
En la tierra de la Virgen Morena, los docentes le pedían al gobernador Ramón Saadi aumentos de sueldo o continuarían con las huelgas.
El recuerdo es hoy nostalgia de aquel sueño trunco. Sería injusto guardarlos para mí solamente, dejo aquí los nombres de quienes participaron en las distintas etapas del proyecto iniciado en las mentes del Arq. Fernando Rivera y Víctor "Chacho" Bollada, luego se agregarían los hermanos Colombo y Carlos Rafael Pereyra.
Staff de Cambio:
DIRECTOR PERIODISTICO: Romero Bernardo. REDACCION: Acosta Alejandro, Bamonte Alberto, Barrionuevo Carlos H., De la Cueva Daniel, Fernández Elio, Filippín Juan, Galarza Sonia, González Manuel, Martínez Carlos, Millán Cecilia, Sarquís Celia, Toledo Edith, Vera Arce César, Suárez Ely.
FOTOGRAFIA: Barrios César, Nieto "Negro"
CORRECCION: Mentasti Graciela, Sánchez María Gabriela.
DIAGRAMACION: Buenader Claudia, Constán Miriam, Reynoso Nicolás, Soto "Cany" (Caricaturas e ilustraciones). TIPEADORES: Cativa Mirtha, Sedán Martín, Soria Julio, Valdéz Nilda. GESTION TECNICA: Villafáñez Aníbal. FOTOMECÁNICA: Villafañe Guillermo.

* Si alguien está omitido de la lista es sólo por falta de memoria, son 20 años, sepa disculparme. Envíeme un e-mail y lo agregaré de inmediato.

* La chispa que inició este recuerdo se dio en un mensaje de texto con un amigo, Ramiro Argañaraz, quién debutó en el Semanario Cambio a los 14 años con su dibujo en la edición número 13, la última.

lunes, 11 de mayo de 2009

Día del Trabajador Gráfico

El sábado 9 de mayo los trabajadores gráficos festejaron su día en las instalaciones del Sindicato Gráfico de Catamarca, sito en Ayacucho 944 de San Fernando del Valle de Catamarca.
En un año 2009 muy particular, con la fuente laboral en crisis, los gráficos encontraron un motivo para reencontrarse. Con menos asistentes, comparada con años anteriores y la notable ausencia de esposas y trabajadoras gráficas, el almuerzo de camaradería se llevó largas horas de la tarde entre baile, brindis y charlas. Los más "resistentes" aguantaron hasta pasada la medianoche, primeras horas del domingo.
Un sabroso asado, preparado por los maestros del tenedor: "Choco" Guzmán y "Caballo" Castelli dejó conforme a todos.
En los discursos se pudo percibir la intranquilidad por la falta de estabilidad laboral del sector gráfico. Es desesperante la situación de los empleados de ENCATA (envases flexibles) que no pueden trabajar desde agosto de 2008 cuando la fábrica, ubicada en El Pantanillo, cerró su producción. Atendiendo esta urgencia la FATIDA (Federación Argentina de Trabajadores de Imprenta, Diarios y Afines) acercó un subsidio para ayudar a paliar tremenda crisis.
Otra situación también quedó registrada en los comensales, la lucha por la recuperación de los haberes caídos de los empleados gráficos de Diario La Unión, quienes están cobrando con una reducción cercana al 50% de lo que dicta la escala salarial, desde el año 2001.
Es el deseo desde este espacio digital, que el año 2010 bicentenario de la patria, encuentre a los trabajadores gráficos en todo su esplendor laboral y con salarios dignos.